El mantenimiento preventivo consiste en una serie de tareas programadas periódicamente para reducir el envejecimiento de la instalación y reducir el número de paradas imprevistas.
Tareas como la limpieza de los aislantes, el apriete de los tornillos de anclaje o sujeción, el retensionado de las líneas eléctricas, la sustitución de piezas defectuosas o piezas que se deterioran con el tiempo , etc, forman parte del mantenimiento preventivo.